19/7/13

Dr. Carlos Cortaza Vinueza (Ecuador)

Los juicios por jurados en Ecuador

Dr. Carlos Cortaza Vinueza
Guayaquil - Ecuador

Extractos:

En días pasados se escucharon propuestas de retomar el sistema del juicio por jurados en nuestro sistema judicial.

Cabe anotar que en los países con una mejor administración de justicia, los jurados han sido rechazados o dejados de lado, como los casos de Argentina y España, respectivamente.

Para que esta modalidad funcione debe existir un respeto irrestricto a la ley y al sistema, honradez y capacidad demostradas que dejen de lado sentimientos políticos, religiosos –y hasta morales en ciertos casos– para resolver un conflicto con el estricto apego a la ley y la razón; sin olvidar que los jurados deben ser aceptados o rechazados por las partes en litigio.

La idea nos hace pensar si nuestra sociedad está preparada o no de verdad para afrontar una responsabilidad así, en casos civiles, en temas penales de delitos o faltas, en asuntos de trabajo, paternidad o alimentos, entre otros.

El referente obligatorio histórico-institucional es nuestra administración de justicia, que con concursos y todo sufre de graves deficiencias que repercuten en la seguridad jurídica ecuatoriana, con ciertos jueces y fiscales incapaces de comprender, por ejemplo, el funcionamiento de temas como la omisión delictiva o la “comisión por omisión”, o la estructura del delito imprudente, o entender el principio del debido proceso y el derecho a la defensa; dando como resultado terribles injusticias y abusos.

¿Qué se puede exigir a los ciudadanos desconocedores de figuras legales como las antedichas si quienes obligatoriamente las deberían saber no tienen idea de su aplicación?

Cuidado sale peor el remedio que la enfermedad.

Enlace: Versión On Line

Dr. Carlos Cortaza Vinueza
Abogado
Santiago de Guayaquil
Ecuador

El Universo
19 de julio de 2013

Dra. María Sierra (España)

Bretón y el jurado popular

Dra. María Sierra
Santiago de Compostela - España

Extractos:

El jueves día once todos los programas matinales de televisión prolongaron su emisión a la espera de que se hiciese pública la tan esperada sentencia del caso Bretón. Sin embargo, cumplido a las 12 de la mañana el primer plazo de cuarenta y ocho horas, el jurado popular no tenía un veredicto.

Cinco votos se necesitan para declarar a José Bretón inocente y siete para condenarlo como culpable.

Cuando la opinión pública ya ha dictado la sentencia, siete mujeres y dos hombres en encuentran deliberando de modo meticuloso, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, en una sala de la Audiencia Provincial de Córdoba, para alcanzar una respuesta motivada a las veintidós preguntas sobre las que tienen que informar siguiendo las instrucciones recibidas del Presidente del Tribunal al respecto de cómo realizar su función, mientras, el abogado del imputado se queja de que el jurado está contaminado por lo mediático que ha sido el caso y por la prácticamente imposibilidad de mantenerse al margen del juicio paralelo que se ha realizado por la sociedad.

En verdad que la Ley del Jurado y con ella el jurado popular existe en España desde 1995 en cumplimiento del mandato constitucional que reconocía a los ciudadanos el derecho a participar activamente en la impartición de la justicia, pero es igualmente cierto que existe poca experiencia práctica y a nadie se le escapa que existen, además, antecedentes en los que la presión al jurado popular determinó el veredicto final de algún proceso provocando graves errores en el juicio como en el caso Wanninkhof en el que una inocente fue condenada como culpable.

No cabe duda de que los Jueces también son humanos y, en ocasiones, también se equivocan, pero como yo reconozco que en el caso Bretón he dictado hace tiempo mi sentencia, no solamente no quisiera verme en la piel de ninguno de los miembros de este jurado sino que, si algún día cometo un delito, "virgencita" a mi que me juzgue un juez profesional...

Enlace: Versión On Line

Dra. María Sierra
Abogada
Santiago de Compostela
España

elCorreoGallego.es
19 de julio de 2013

12/7/13

Lola Clavero (España)

Condenar de nuevo a un inocente

Lola Clavero
Málaga - España

Extractos:

A Dolores Vázquez se le ha cambiado la cara. Ahora se llama Vicky Álvarez y es un amor de mujer con ojos de tortolilla. Si Dolores Vázquez hubiese sido tan fotogénica en la vida real como en esta miniserie, no la hubiesen condenado por la cara, que era de culpable atroz según se la podía ver en los medios, que le sacaron su peor perfil.

El jurado popular, ahora puesto en tela de juicio, por el caso José Bretón, falló en su fallo y condenó por unanimidad a una inocente sin mayores pruebas que las apariencias que, engañando, convencen a las masas a quienes nos puede más la carga emotiva de una imagen que mil palabras, si bien esa imagen nos llegue trucada.

Ya lo expresó Platón en su "mito de la caverna", de la realidad no percibimos sino sus sombras. Más ahora que la televisión de plasma emite en su pantalla imágenes en alta definición de una realidad plana; única. Todo, desde allí, parece tan real que se diría que lo fuese; la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.

Pero ni el objetivo es objetivo cuando enfoca a un sospechoso; a Dolores la hizo tan culpable antes como ahora a José Bretón. Tenía la culpa escrita en la cara como Bretón la tiene en esos ojos impávidos, incapaces del parpadeo, del temblor de la emoción y las lágrimas. Hay pruebas como puños de su crimen, dice la fiscal, pero ninguna tan contundente como esos ojos sin expresión ni empatía. Es lo que vemos, más allá de toda lógica, que la hay, como la había también en la presunta culpabilidad de Dolores Vázquez.

Aquella teoría que entonces parecía infalible contra Dolores, ahora lo parece contra Bretón, los dos casos tienen muchos puntos en común; la trama sentimental, la expectación mediática, la carga emotiva que llega a la máxima tensión en el juicio Bretón, al ser, precisamente, mujeres tanto la fiscal como la juez que instruye el caso ¿a qué mujer, más siendo madre, no se le calienta la sangre si ha de juzgar a un hombre con todas las trazas de haber matado a sus hijos? ¿Y a qué jurado popular se le puede pedir que delibere con frialdad ante tales circunstancias? ¿Qué fallaríamos nosotros mismos en el caso de ser ese mismo jurado?

La sombra del caso Dolores es alargada y este jurado popular debe temer a tropezar en la misma piedra y condenar de nuevo a un inocente.

Enlace: Versión On Line

Lola Clavero
Filóloga y Doctora en Literatura
Málaga - España

Blog: "Las malas lenguas"
Post: Qué ven mis ojos
12 de julio de 2013

9/7/13

Dr. Antonio García-Pablos (España)

Un jurado popular es siempre más influenciable

Dr. Antonio García-Pablos
Catedrático de derecho penal
España

Extractos:

Un jurado popular es siempre más influenciable y más en temas que tiene una profunda carga pasional. En nuestro país tenemos una larga tradición pero no de jurado, sino de más confianza en el juez profesional que es menos influenciable, que está preparado para esto y que no necesita un clonazepan para dormir por la noche después de poner una sentencia. Esto para el jurado popular es tremendo.

Un tribunal profesional siempre sabe motivar mejor el fallo, sobre todo en casos en que no hay una prueba definitiva. A veces a que hilvanar indicios y es mucho más difícil para el jurado, razonarlo y motivarlo.


Enlace: Video On Line

Antena 3 - antena3.com
9 de julio de 2013

8/7/13

Vicente Alejandro Villamón (España)

Caso Bretón: ¿juicio o circo mediático?

Vicente Alejandro Villamón
 
Extractos:
 
El juicio contra José Bretón en Córdoba por el presunto asesinato de sus dos pequeños hijos, Ruth y José, está llegando a su desenlace final, con el veredicto del jurado popular, que, o mucho me equivoco, o lo declarará culpable de toda culpabilidad.
 
El clima social que se ha creado en torno a este tristísimo suceso así lo ”exige”. Su seguimiento mediático, especialmente en radio y televisión, es muy probable que termine influyendo poderosamente sobre el ánimo de los jurados, por otro lado perfectamente indocumentados en materia penal. Todo ello me induce a unas cuantas reflexiones acerca de este terrible hecho y sus circunstancias.
 
Otra cuestión que me produce repelús es la intervención de un jurado popular en causas de tanta envergadura jurídica, complejidad sicológica y repercusión social. Que un pequeño grupo de personas, ayunas por completo de conocimientos legales, tenga que decidir la culpabilidad o no de un acusado, no se corresponde en absoluto con el equilibrio y seriedad con que debe actuar la Justicia.

Queremos que la Justicia sea seria y objetiva. Ya sé que en Estados Unidos funciona el sistema de jurado desde sus mismos inicios como nación independiente, pero de eso hace ya casi dos siglos y medio. Aquí, en cambio, acabamos de descubrir el Mediterráneo, y ya le asignamos casos complejísimos, que sólo unos jueces muy preparados podrían afrontar.

Los medios, en especial los menos reflexivos por sus propias limitaciones técnicas, como la televisión, han convertido el caso en una especie de espectáculo para complacer los gustos de amplios sectores del público.

Por una parte parece criticable –a mí me resulta un tanto desmedido–, mas por otra tiene su explicación. Cuando ejercía de redactor-jefe en la agencia Efe, solía decir a mis redactores que la sección de Sucesos y Tribunales era muy agradecida, porque tenía un gran volumen de seguidores. Los acontecimientos con morbo apasionan al personal, y los medios tienen que atenerse a la demanda, pero sin perder nunca el sentido de la medida, pues de lo contrario pueden caer en la inflación informativa y pecar de amarillismo. Por eso pienso que José Bretón lo tiene muy crudo ante un jurado de inexpertos inundado por tanta información agigantada como un eco en las montañas.

No quiero decir, para terminar, que José Bretón sea inocente, tampoco que sea culpable. Eso lo determinará la instancia que proceda, pero cargar la responsabilidad de ese dictamen en un jurado de indocumentados, me parece una barbaridad. Es como si se confiara la decisión de una operación quirúrgica a corazón abierto a un tribunal, no de médicos, sino de personas de la calle. Su supone que los especialistas de cualquier materia están para algo, ¿o no?
 
 
Vicente Alejandro Villamón
Periodista y escritor valenciano
España
 
Religión en Libertad
8 de Julio de 2013